lunes, 24 de agosto de 2009

Perro viejo

La cabeza me da vueltas. Otra chica se ha unido a la china, parace que no está tan chiflada como ella (o como yo). Intercambian algunas frases, me miran, pero yo solo oigo cómo la sangre me bombea en las sienes.
A los pocos segundos, las luces y las sombras se funden, dejándome solo en un mundo de oscuridad.
Me desplomo en el suelo como un saco viejo...

Pierdo la noción del tiempo. La cabeza me da vueltas, la garganta me escuece y el pecho me oprime, pero, aún así, recupero poco a poco la conciencia. Eso sí, sufriendo los particulares efectos secundarios de cualquier derivado opiáceo.
Noto una presencia a mi lado, un contorno esbelto girado hacia mí, apenas una sombra fugaz, pero creo que es...
Joe: ¿Holly?
Dios mío, estoy muerto. Definitivamente, he muerto. Afortunadamente, el de ahí arriba me ha juzgado suficientemente bueno como para poder reencontrarme con mi mujer. Oh, Cristo bendito, Holly, te he echado tanto en fal...
Dana: Eh, no, soy Dana.
¿Cómo? ¿Qué?
Joe: ¿Quién...?
Dana: No importa ¿Te encuentras bien?
Me incorpora con suavidad y fuerza, decidida pero cuidadosa.
Joder, ya me acuerdo de todo... El gigantón chiflado, la china y... Oh, joder, Theo...
Joe: Hmpf... ¿Y Theo?
Dana: Supongo que Theo es el que estaba en el suelo, se ha llevado un balazo de refilón, pero parece que la chica le ha curado sus heridas, está allí, descansando.
Gracias al Cielo, que el Señor le tenga en un Gloria. Es curioso como mi fe se reafirma cuando más me interesa... Ese chico ha estado al borde de la muerte por mi culpa, tengo una deuda con él. Llamadme antiguo, pero este viejo poli todavía cree en códigos morales, y si fallo a mi código, me fallo a mí mismo...
Joe: Llévame... él... or favor...
Dana: No sé si estás en condiciones de...
Oh, vamos, he aguantado un infarto y he esquivado una bala, creo que podré soportarlo...
Joe: Llévame...
Dana: No creo que en tu situación...
Joe: Llévame... O te detengo...
Habría sacado la placa, para dar más énfasis, pero apenas me queda fuerza. Mientras me arrastra junto a Theo me maldigo a mí mismo por mi cabezonería. Éste ataque ha sido más fuerte de lo que esperaba, me ha dejado todas las articulaciones entumecidas y me duele hacer cualquier movimiento. Joder, vaya mierda...
Finalmente, me deja junto a Theo, quien tampoco está mucho en este mundo. Claro que a él le han metido una bala en el cuerpo, sé por experiencia que eso duele...
Afortunadamente, Micaela ha sabido remendarlo. Ésta chica es una joya...

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