miércoles, 26 de agosto de 2009

La calma antes de la tempestad

Mi corazón se calma poco a poco, benditas drogas, tan buenas y tan malas a la vez. Todavía noto, casi como una ensoñación, los labios de Dana sobre los míos, inflamándome de vida. Como un ángel curativo. Cuando más lo recuerdo, más pienso en Holly. Cuanto más pienso en Holly más pienso en mis hijos. Dave, Lucy, estéis donde estéis, ojalá estéis mil millones de veces mejor que yo. Ojalá esto del segundo sol, los asesinos de polis, no os haya alcanzado nunca ni os alcance.
Theo se pone en pie. Una bala le ha atravesado y ya está casi como nuevo. Tendrá secuelas, siempre hay secuelas, pero parece que su cuerpo empieza a funcionar correctamente, le envidio. Tiene el ímpetu de los jóvenes, con esa pizca de agilipollamiento que todo el mundo tiene a su edad; aún así, es un tipo legal. No me gustaría que Lucy trajese a alguien como él a casa, pero es un tipo legal. Parece que tiene algo que decir:
Theo: Escuchadme todos. Sé que apenas nos conocemos, acabamos de resolver una situación muy jodida, y está claro que aquí hay muchos interrogantes, pero no creo que sea coincidencia el hecho de que todos hayamos acudido justo a este lugar en concreto. No se qué razones os habrán empujado a venir aquí, pero a mi me han encargado que encuentre un bolso, de color dorado, en su interior hay una cinta de video, la cual tiene un importante mensaje grabado, es imprescindible que esa cinta llegue a Rock-TV a las 8 de la tarde de hoy y sea emitida, no me preguntéis por qué, pero según una persona, la vida de millones depende de ello, y sé que ese bolso y la cinta tienen que estar en este parque, no sé si alguno habréis visto algo, pero me gustaría que me ayudaseis a encontrarlo, y ya de paso, a llevarlo hasta Rock-TV, es una prioridad absoluta.
¿Y por qué no te pones una diana en el pecho? Joder, acabas de descubrirte ante todo un grupo de desconocidos. Una china zumbada con espadita samurai de los cojones y una civil con pistola (muy amable y con ligeros conocimientos médicos, pero con pistola y desconocida, al fin y al cabo).
Y, de paso, nos has descubierto a Micaela y a mí, que íbamos contigo en el coche. En fin, tengo dos pistolas, con un poco más de suerte puedo reventarlos a todos si las cosas se ponen feas. Oh, joder, ya estoy desvariando...
¡Mierda! ¡La radio de la poli! ¡Podrían estar diciendo algo importante! Me llevo la mano al cinturón, buscando la radio, y sólo encuentro la mitad. Supongo que la otra mitad estará dentro del coche. Sobra decir que es bastante improbable que funcione a pesar de unirlas con el mejor pegamentos del estado y un par de trozos de celo. Joder. Y ni siquiera estoy de servicio...
Tengo la cabeza embotada...

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